Hilvanes III: Hilvanes
Hilvanes Siempre he escuchado a mi madre eso de que “un caldo hace buen cuerpo” y “que las sopas guapean”. Así, con su forma sencilla de hablar y toda la contundencia que aportan la razón y los años de experiencia. No hay mal que no halle templanza ni pena que no se difumine con un caldito casero. Ni mejor reconstituyente para después de un trasnoche. Esto último lo digo yo, que mi madre de trasnochar poco. Poco no, nada; que los tiempos de las mujeres antes llevaban otro ritmo y seguían otras costumbres. Ahora entramos, salimos, volvemos a salir, opinamos, ascendemos progresivamente, volvemos a salir un rato, nos independizamos y gritamos a pleno pulmón que somos capaces y valientes, constantes, actas y aptas. En una palabra MUJERES. Guerreras, inteligentes, incansables. Nosotras que tanto valemos… Y me vengo arriba enfervorecida con esta arenga que ya quisieran muchos. Que estoy a un tris de pintarme una pancarta y salir a la calle, crear