Hilvanes I: El 27 sí tiene quien le escriba
EL 27 sí tiene quien le escriba
Con la mejor de las disposiciones para escribir un
artículo, no sé muy bien qué derroteros tomar a la vista del torbellino
político, social, cultural o incultural, tecnológico y de “retwitteos” en el
que nuestra sociedad se halla inmersa.
Los titulares se reproducen a una velocidad vertiginosa y
en una misma semana pasamos, como quien deshoja una margarita, de las miserias
de los refugiados sirios y la impasividad de las políticas europeas al
respecto, a la insultante evidencia de los papeles de Panamá; de la
esperpéntica ausencia de gobierno en España a las patadas que infringe Donald
Trump a la democracia americana, tan laureada y ejemplificada como la más
antigua del mundo (asunto más que discutible).
De la mala educación que la Ley Wert se empeña en impartir en este
sistema educativo que vaga, desde la Ley de 1970, entre la falta de sentido pedagógico
e inversión económica y los bandazos políticos de las urnas, a la mala
educación que empieza en casa, no nos equivoquemos, o la que define a los
políticos en estos tiempos difíciles.
Los descalificativos, a todos los niveles y en todos los ámbitos, se dan
con fluidez y originalidad; originalidad que no trasladan a lo que realmente
nos atañe en el caso de los políticos, o a la responsabilidad ejemplificadora
de los jugadores de fútbol, por ejemplo, que disfrutan más de los dimes y
diretes con sus rivales que con la idealización de la que son objeto por parte
de los más pequeños.
“Naranjito” quedó desbancado por un candidato
“indecente”, al que rápidamente y por goleada dejó fuera de juego un, a mi
juicio, ofuscado Pablo Iglesias refiriéndose al señor “de las manos manchadas
con cal viva”. Y el Óscar es para un
Partido Popular que en escasos seis días ensalza y ennoblece la dimisión de uno
de sus ministros pasando de puntillas por lo que de verdad importa, que no es
otra cosa que Hacienda seguimos sin ser todos ( al caso Soria me remito). Pasa también por un Aznar defraudador y
envalentonado contra Montoro por filtrar sus datos fiscales. Y a un sinfín de imputaciones, corrupciones,
forzadas dimisiones, declaraciones, y sin romper la rima, con un par de
cojones, sacando pecho ante la evidencia de una nueva campaña electoral con
viejos temas y menos ilusión por parte de los votantes.
Desde este momento de inspiración crítico-literaria a la
fecha de publicación del libro de El 27, muchos de los temas que aquí se
enumeran habrán pasado a un segundo plano ante nuevos titulares, tal vez, de un
caso de ERES que ya prescribe, una justiciera Barberá que decida ser “Rita la
Cantaora”, delatores papeles en otro paraíso fiscal, algún desastre natural que
siempre hace mella en los que menos tienen, yihadistas que han perdido el norte
en su afán por conquistar el sur, o mensajes de una cuestionada reina
Letizia a su grupo de “compi-yoguis” (merde, esto último no sé que significa).
Se avecina, intuyo, una desastrosa campaña electoral en
la que más de una y uno sufrirá resaca post-mitinal por verse obligado a callar
lo que les ronda y negar hasta la evidencia intentando no defraudar a los que
banderita en mano les jalean, atacando a las nuevas políticas, necesarias dicho
sea de paso, recurriendo a las falsedades de la ruptura nacional, la influencia
bolivariana, el “más con menos” o al “haciendo ciudad”.
Personalmente apuesto por que este sea ante todo y por el
bien de la cultura, el año de Cervantes, de la lucidez y las buenas letras: Se breve en tus razonamientos, que ninguno
hay gustoso si es largo (escribió clarividente Miguel de Cervantes). Que sigan las verdades de Pérez Reverte al
más puro estilo Alatriste y el honor de sus hombres buenos. La vida hecha canciones de Sabina, con quien
comparto que “lo mejor de Podemos son sus votantes, no sus dirigentes”. La voz del pueblo en la pluma de Fernando del
Paso y la magia de García Márquez, a quien me permito parafrasear para dejar
este titular: El 27 sí tiene quien le
escriba.
(Artículo publicado en la revista El 27 del año 2016)
E. Molano Gil
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