Microrrelato II





Vidas cruzadas


    Deja unos puntos suspensivos en la nota adherida a la nevera; son un adiós.
El metro hoy no huele a sudor.  La joven pelirroja ha inundado el vagón con aroma a vainilla.  Un hombre maduro dormita apretando una mochila en el regazo.  Los ancianos del fondo tomados de la mano para apearse en la próxima estación.  La mujer embarazada lee.  A su lado, otra bosteza y reprime un suspiro.
  Piensa en Aisha aún dormida, su vientre abultado, una vida juntos y,  por primera vez desde que todo empezara, acusa el peso infernal de los explosivos y la quemazón del detonador entre los dedos.




E. Molano Gil

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